viernes, 9 de diciembre de 2011

La lectura...

La lectura es el camino hacia el conocimiento y la libertad. Nos permite viajar por los caminos del tiempo y del espacio, nos proporciona información y crea hábitos de reflexión, análisis, esfuerzo, concentración... Implica la participación activa de la mente y contribuye al desarrollo de la imaginación, la creatividad, enriquece el vocabulario como la expresión oral y escrita. También ayuda a comprender mejor el mundo como a nosotros mismos, facilita las relaciones interpersonales, su desarrollo afectivo, moral y espiritual, y en consecuencia, la capacidad para construir un mundo más justo y más humano.


Dejando aquí esta pequeña introducción sobre lo importante que me parece el tener un hábito de lectura, me gustaría hablaros sobre mi autor favorito, Carlos Ruíz Zafón.


Quién acaba de sacar a la luz su última novela "El Prisionero del Cielo", continuación de sus anteriores novelas, "La Sombra del Viento" y "El Juego del Ángel".




Os dejo aquí uno de sus breves relatos, que trata el tema de la navidad, espero que os perdaís entre sus letras como lo hago yo.


ALICIA AL ALBA 

La casa donde la vi por última vez ya no existe. En su lugar se alza ahora uno de esos edificios que resbalan a la vista y adoquinan el cielo de sombra. Y sin embargo, aún hoy, cada vez que paso por allí recuerdo aquellos días malditos de la Navidad de 1938 en que la calle Muntaner trazaba una pendiente de tranvías y caserones palaciegos. Por entonces yo apenas levantaba trece años y unos céntimos a la semana como mozo de los recados en una tienda de empeños de la calle Elisabets. El propietario, don Odón Llofriu, ciento quince kilogramos de mezquindad y recelo, presidía su bazar de quincallería quejándose hasta del aire que respiraba aquel huérfano de mierda, uno entre los miles que escupía la guerra, a quien nunca llamaba por su nombre. 
—Chaval, rediós, apaga esa bombilla, que no están los tiempos para dispendios. El mocho lo pasas a vela, que estimula la retina.
Así discurrían nuestros días, entre turbias noticias del frente nacional que avanzaba hacia Barcelona, rumores de tiroteos y asesinatos en las calles del Raval y las sirenas alertando de los bombardeos aéreos. Fue uno de aquellos días de diciembre del 38, las calles salpicadas de nieve y ceniza, cuando la vi. Vestía de blanco y su figura parecía haberse materializado de la bruma que barría las calles. Entró en la tienda y se detuvo en el leve rectángulo de claridad que serraba la penumbra desde el escaparate. Sostenía en las manos un pliego de terciopelo negro que procedió a abrir sobre el mostrador sin mediar palabra. Una guirnalda de perlas y zafiros relució en la sombra. Don Odón se calzó la lupa y examinó la pieza. Yo seguía la escena desde el resquicio de la puerta de la trastienda.
—La pieza no está mal, pero los tiempos no están para dispendios, señorita. Le doy cincuenta duros, y pierdo dinero, pero esta noche es Nochebuena y uno no es de piedra.
La muchacha plegó de nuevo el paño de terciopelo y se encaminó hacia la salida sin pestañear.
—¡Chaval! —bramó don Odón—. Síguela.
—Ese collar cuesta por lo menos mil duros —apunté.
—Dos mil —corrigió don Odón—. Así que no vamos a dejar que se nos escape. Tú síguela hasta su casa y asegúrate de que no le dan un porrazo y la despluman. Ésa volverá, como todos. 
El rastro de la muchacha se fundía ya en el manto blanco cuando salí a la calle. La seguí por el laberinto de callejas y edificios desventrados por las bombas y la miseria hasta emerger en la plaza del Peso de la Paja, donde apenas tuve tiempo de verla abordar un tranvía que ya partía calle Muntaner arriba. Corrí tras el tranvía y salté al estribo posterior.  Ascendimos así, abriendo raíles de negro sobre el lienzo de nieve que tendía la ventisca mientras empezaba a atardecer y el cielo se teñía de sangre. Al llegar al cruce con Travesera de Gracia me dolían los huesos de frío. Estaba por abandonar mi misión y urdir alguna mentira para satisfacer a don Odón cuando la vi bajar y encaminarse hacia el portón del gran caserón. Salté del tranvía y corrí a ocultarme al filo de la esquina. La muchacha se coló por la verja del jardín. Me asomé a los barrotes y la vi ascender por la arboleda que rodeaba la casa. Se detuvo al pie de la escalinata y se volvió. Quise echar a correr, pero el viento helado me había ya robado las ganas. La muchacha me observó con una sonrisa leve y me tendió una mano. Comprendí que me había tomado por un mendigo.
—Ven —dijo.
Anochecía ya cuando la seguí a través del caserón en tinieblas. Un tenue halo lamía los contornos. Libros caídos y cortinas raídas puntuaban un rastro de muebles quebrados, de cuadros acuchillados y manchas oscuras que se derramaban por los muros como impactos de bala. Llegamos a un gran salón que albergaba un mausoleo de viejas fotografías que apestaban a ausencia. La muchacha se arrodilló en un rincón junto a un hogar y prendió el fuego con hojas de periódico y los restos de una silla. Me acerqué a las llamas y acepté el tazón de vino tibio que me tendía. Se arrodilló a mi lado, su mirada perdida en el fuego. Me dijo que se llamaba Alicia. Tenía la piel de diecisiete años, pero le traicionaba esa mirada grave y sin fondo de los que ya no tienen edad, y cuando inquirí si aquellas fotografías eran de su familia no dijo nada.
Me pregunté cuánto tiempo llevaba viviendo allí, sola, escondida en aquel caserón con un vestido blanco que se deshacía por las costuras, malvendiendo joyas para sobrevivir. Había dejado el paño de terciopelo negro sobre la repisa del hogar. Cada vez que ella se inclinaba a atizar el fuego la mirada se me escapaba e imaginaba el collar en su interior. Horas más tarde escuchamos las campanadas de medianoche abrazados junto al fuego, en silencio, y me dije que así me habría abrazado mi madre si la recordase. Cuando las llamas empezaron a flaquear quise lanzar un libro a las brasas, pero Alicia me lo arrebató y empezó a leer en voz alta de sus páginas hasta que nos venció el sueño.
Partí poco antes del alba, desprendiéndome de sus brazos y corriendo en la oscuridad hacia la verja con el collar en mis manos y el corazón latiéndome con rabia. Pasé las primeras horas de aquel día de Navidad  con dos mil duros de perlas y zafiros en el bolsillo, maldiciendo aquellas calles anegadas de nieve y de furia, maldiciendo a aquellos que me habían abandonado entre llamas, hasta que un sol mortecino ensartó una lanza de luz en las nubes y rehice mis pasos hasta el caserón, arrastrando aquel collar que pesaba ya como una losa y que me asfixiaba, deseando tan sólo encontrarla todavía dormida, dormida para siempre, para dejar de nuevo el collar sobre la repisa del hogar y poder huir sin tener que recordar nunca más su mirada ni su voz cálida, el único tacto puro que había conocido.
La puerta estaba abierta y una luz perlada goteaba de las grietas del techo. La encontré tendida en el suelo, sosteniendo todavía el libro entre las manos, con los labios envenenados de escarcha y la mirada abierta sobre el rostro blanco de hielo, una lágrima roja detenida sobre la mejilla y el viento que soplaba desde aquel ventanal abierto de par en par enterrándola en polvo de nieve. Dejé el collar sobre su pecho y hui de vuelta a la calle, a confundirme con los muros de la ciudad y a esconderme en sus silencios, rehuyendo mi reflejo en los escaparates por temor a encontrarme con un extraño.
Poco después, acallando las campanas de Navidad, se escucharon de nuevo las sirenas  y un enjambre de ángeles negros se extendió sobre el cielo escarlata de Barcelona, desplomando columnas de bombas que nunca se verían tocar el suelo.

martes, 29 de noviembre de 2011

25 de Noviembre

¡Buenas gente!
Pues la siguiente entrada me viene inspirada porque hoy en uno de los debates en clase de Animación Cultural, ha salido el tema de que si está bien el que muchas celebraciones tengan una fecha concreta, como el día de los enamorados, el día de todos los santos... o que esos días deberían de ser todos los días del año. En mi opinión cualquier día es bueno para acordarse de las personas a las que queremos o defender algo por lo que luchamos. De esto que se me haya ocurrido hablaros de la violencia de género.
El día 25 de Noviembre se celebra el día contra la Violencia de Genero (aunque para mí ese día es todos los días), el cual me parece un tema muy interesante de tratar y tener conciencia de que es un hecho y una triste verdad que está ahí y que hay muchas víctimas de ello. Con anterioridad he hablado de mi interpretación realizada para los alumnos del Conde Diego Porcelos, con objetivo captar voluntarios para el proyecto que la asociación Entre Culturas nos ha propuesto. En la que yo realizaba junto a mi compañero Ángel una pequeña actuación en la cual interpretábamos una pareja, en la que se veía un claro maltrato psicológico. Creo que esta escena de la pequeña obra causo varios estragos al joven público, ya que aunque él en ningún momento me toco, quedo muy claro el daño que me hacía, puesto que muchas veces agenciamos el nombre del maltrato a algo físico y en mi opinión también juega un importante factor lo psicológico, pues todos tenemos comprobado que las palabras duelen.
En fín aquí os dejo un video que refleja un poco este tema, espero que os haga reflexionar un poco sobre esta triste realidad que a día de hoy vivimos...





miércoles, 23 de noviembre de 2011

Adivina, adivinanza...

Me gusta porque transmite: felicidad, alegría, vitalidad, energía, tranquilidad, seguridad, fuerza, positividad, amistad, confianza... todo esto y mucho más, solo es una pequeña acción que no nos cuesta nada pero a la vez nos hace mover hasta 40 músculos del cuerpo.


¿Aún no sabes de lo que te hablo?





SONREÍR

Porque: 
Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho. 

Enriquece a quienes la reciben, sin empobrecer a quienes la dan. 



No dura más que un instante, pero su recuerdo a veces es eterno. 

Nadie es demasiado rico para prescindir de ella. 

Nadie es demasiado pobre para no merecerla. 

Da felicidad en el hogar y apoyo en el trabajo. 

Es el símbolo de la amistad. 
Una sonrisa da reposo al cansado.
Anima a los más deprimidos. 
No se puede comprar, ni prestar, ni robar, pues es una cosa que no tiene valor, hasta el momento en que se da. 
Y si alguna vez se tropiezas con alguien que no sabe dar una sonrisa más, sea generoso, dale la suya.
Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como el que no puede dársela a los demás

jueves, 3 de noviembre de 2011

Animación Sociocultural


Hoy, estoy contenta, esta mañana,  he ido junto a algunos de  mis compañeros de animación sociocultural a captar voluntarios para un proyecto que nos a ofrecido realizar la asociación Entre Culturas, en el cual, tenemos como objetivo el juntarnos cada cierto tiempo con todos aquellos chavales que, de forma voluntaria, les gustaría reunirse con nosotros para hablar de diversos temas y hacer diferentes actividades que ellos han seleccionado.


Para captar a estos voluntarios habíamos preparado una pequeña interpretación entre todos, que trataba temas como: el maltrato psicológico, enfermedades como la anorexia y la bulimia y otro muy importante como lo es el alcohol y las drogas. La obra no era gran cosa, pero creo que reflejaba bastante tres situaciones bastante frecuentes del día a día, a pesar de los nervios y de que no todo ha salido como lo previsto, hemos realizado un gran trabajo ya que los resultados de la encuestan, muestran que un gran porcentaje de la clase se ha ofrecido para poner en marcha este proyecto. Creo que estos resultados nos gratifican a todos, pues parece que el esfuerzo y las ganas que hemos puesto para que esto funcione, está dando sus frutos. :)

lunes, 24 de octubre de 2011

A la vuelta de la esquina...


Bueno hoy me gustaría hablaros de un tema como lo es la muerte, como muchos ya sabréis ayer se fue uno de los grandes de Moto GP, para el que no lo sepa aquí dejo el enlace de la noticia.

http://www.as.com/motor/articulo/simoncelli-pierde-vida/20111023dasdasmot_7/Tes


Uno no entiende nada de la vida hasta que no entiende sobre la muerte, muchas veces no somos conscientes de que somos pasajeros, que nuestro cuerpo empieza a destruirse desde que nace, somos frágiles. 
Cuanto queda de nosotros son nuestras acciones, el bien o el mal que hacemos a nuestros semejantes.
Creo que la muerte de Simoncelli es un gran ejemplo de que hay que aprovechar la vida, luchar por nuestros sueños y seguirlos aunque en estos encontremos nuestro destino, porque en la vida no importa la cantidad de años que pases en ella, sino que los momentos que pases los disfrutes y estes orgulloso de crear una vida que merezca la pena.

lunes, 10 de octubre de 2011

Cruz Roja una forma de vida...

No veo mejor comienzo para mi blog que esta entrada en honor al gran fin de semana que acabo de dejar atrás con mis compañerxs de Cruz Roja Juventud en San Martín de Castañeda.

Hay muchos factores que te pueden hacer entrar en CRJ: tener amigos allí, conseguir experiencia como monitor, por no hablar de las motivaciones de todo voluntario de Cruz Roja. Pero sin duda, son mucho más fuertes los factores que hacen que permanezcas una vez que estas dentro, porque ese sentimiento de pertenencia, de unidad, de ser una gran familia, y de ver que estamos juntos en algo tan grande me hace avanzar día a día...

Es verdad que a veces nos saturamos, nos sale la Cruz Roja por las orejas, pensamos que nos supera, y alguna vez te planteas pasar de todo, pero es en esos momentos cuando te das cuenta de la importancia de la labor  que realizas, y de que hay mucha gente igual que tu, luchando por estar cada vez más cerca de las personas. Por eso, cuando voy a un encuentro como este último, y veo un montón de caras nuevas, me alegra saber que esto sigue adelante, que seguimos creciendo y que cada vez somos más.
Me gustaría mandar un fuerte abrazo a todxs lxs voluntarixs que tan buenos recuerdos me dejan de este finde tan corto pero intenso y aprovechado, en especial a Daniel Garcia, Director de CRJ León, por dejarme robarle estas palabras que tanto nos han llegado a los que de verás las sentimos.

martes, 4 de octubre de 2011

¡Empezamos!

Buenas bloggeros! Soy una alumna de primero de animación socio-cultural, dispuesta como proyecto de clase a crear un blog y hacerlo lo mejor que pueda. A pesar de que la idea no me hace demasiada ilusión espero que todo lo que publique aquí llege a sabiendas de alguien! Un fuerte saludo! :)